domingo, 16 de mayo de 2010

Si bien siempre existió, parece que en los últimos tiempos está expandiéndose una modalidad bastante desagradable (para mi gusto), entre algunas dóminas, amas y también algún dominante varón.

No es una novedad para nadie que en el BDSM y en todas sus disciplinas, las féminas somos bastante escasas sin importar el rol que desempeñemos dentro de la pareja. Este hecho puede llevar al abuso de la otra parte, sobre todo en el caso en el que uno de los roles tenga deficiencia ya sea económica o emocional, o bien el Top quiera lucrar con este estilo de vida.

Me explico: supongamos que hay un sumiso-varón que está buscando un Ama o Dómina con desesperación. No quiere pagar una profesional, posiblemente no tanto por el gasto económico sino porque quizás piense que ,si no cobra, es que lo hace por sentimiento y no por dinero. Ahí tenemos un caso “típico”. El otro caso más común es el del Amo que encuentra una sumisa con baja autoestima y alta cuenta bancaria a la que brinda afecto y cuidado, al menos en un principio, y la va dominando también sicológicamente hasta que logra hacerse poco menos que imprescindible en su vida; llegado este punto, se mete en sus negocios, cuentas bancarias, ahorros y comienza a manejarlos porque “una sumisa no debe manejar dinero o valores, eso le corresponde a su Amo”, o le pide continuamente dinero prestado para no regresárselo jamás.

Muchas de las cosas que escribo aquí en mi blog, son pensamientos propios o temas que se me ocurre tratar. Pero a veces, como en este caso, es una o varias personas que me comentan un mismo tema que además veo a diario con gente conocida del MSN. Sumisos “extorsionados” por sus Amas o sumisas estafadas por sus Amos son los casos más comunes y que rara vez son denunciados a la justicia por vergüenza, o por guardar la privacidad, o hasta por temor a una represaria.

No voy a nombrar a nadie porque no me consta, no tengo pruebas y no me corresponde., pero voy a poner como ejemplo los casos más comunes:

-La Dómina que exige a quien pretenda ser su sumiso, que le traigan "ciertos" regalos de determinado costo para poder sesionar con ella porque “ella se lo merece”. Y no me cabe duda de que se lo merezca, pero… ¿Aceptó a ese sumiso por razones válidas para el BDSM –por ejemplo su entrega, su obediencia, etc.- o lo hizo por lo abultado de su billetera? ¿O porque el sumiso está tan necesitado de una sesión que paga cualquier cosa por estar con esa Dominante? Pregunto: ¿Qué nombre se le daría a la actitud de esta Dómina?

-Una sumisa con baja autoestima –ya sea por enfermedad, deformación, problemas de superación o emocionales- que encuentra en un Dominante el cariño, la protección y la comprensión de una pareja. Cuando se hace imprescindible –o la sumisa piensa que es imprescindible- comienza a pedirle préstamos que nunca regresa, o se mete en sus negocios y se queda con las ganancias, o saquea sus cuentas bancarias o ahorros, y ella, con tal de que no se vaya y no la deje, acepta todo hasta quedar casi en la ruina.

¿Quién es el responsable en estos ejemplos “clásicos”, que con las variaciones lógicas y particulares representan la mayoría de los casos? Creo que todos lo son. A menos que alguna de las partes involucradas no esté apta intelectualmente, cosa que es difícil en este mundo del BDSM, cada uno de nosotros es responsable de sus acciones y decisiones.

Si el sumiso está dispuesto a pagar el precio de esa Dómina que acepta “regalos” en vez de dinero en efectivo (o acepta ambas cosas pero como una dádiva a su divina persona), que luego no diga que quedó en la ruina por culpa de ella. Nadie lo presionó para que estuviera con esa mujer, excepto su necesidad o deseos. No creo que la Dómina vaya con un arma y lo obligue…

Si la sumisa acepta que otra persona maneje su dinero, sus cuentas, sus bienes porque es su Dominante 24/7, quizás está olvidando la responsabilidad más grande: la que tiene consigo misma. Nadie abusa de nadie (excepto por amenaza con daño físico por un arma). Hay un abusador si este encuentra alguien que se deje abusar. Por supuesto que esto es sólo mi forma de pensar y ver las cosas.

El conocido sicólogo argentino, Jorge Bucay, dice en su libro "El camino a la autodependencia" que: “...el otro puede ser todo lo hijo de puta que se le dé la gana, y de hecho lo es. Y es mi responsabilidad cuidarme de él para que no me dañe.”

Así que, queridos amigos, en la vida (BDSM o vainilla) debemos tomar las responsabilidades que nos corresponden sin culpar al otro de nuestros errores y malas decisiones. Nadie abusará de mí si estoy lo suficientemente atenta para no permitirlo, y llegado el momento de reconocer el error, preguntarme sinceramente: ¿qué cuota parte de responsabilidad tengo en esto que me está pasando?. Si soy sincera y busco muy dentro de mí, difícilmente me contestaré "ninguna".

viernes, 14 de mayo de 2010


Comunico por este medio que la comunidad spanko estadounidense (o al menos parte de ella), se unirá a partir de este año a la celebración del 8/8 como el Día Internacional del Spanking, a la que por pedido suyo se agregará la palabra consensuado. Alespankee o Alejandra spankee que abrió una página en Facebook y comenzó la campaña para que esto se lograra, decidió que su página pasara a llamarse “8/8 Consensual Spanking Day”, en inglés y sin la palabra internacional. Así lo podrán encontrar en Facebook. Al menos hasta el día de hoy…

El logro de que Todd y Suzie del “American Spanking Society” consintieran en unirse al festejo del 8/8, se lo debemos a Camelia, sumisa de el DEGEneradito. Mis felicitaciones para ella por lograr el objetivo y a su Amo por tener una sumisa digna de Él.

Aclaro que este año como símbolo de unión, el día del Spanking se festejará el 3 de julio que era cuando se festejaba en Estados Unidos, y el 8 de agosto. A partir del 2011 será sólo el 8/8.

Quiero agradecer desde aquí a todos los que apoyaron, trabajaron y difundieron este día y se adhirieron a la campaña ya fuese personalmente o desde sus blogs, foros, grupos.


sábado, 8 de mayo de 2010

Me gusta escribir porque me permite expresar mis sentimientos, identificarlos y mostrarlos. Para eso tengo este blog: para escribir y compartir con ustedes los resultados.

Hace unos pocos días me retiré de un foro de BDSM. ¿Para qué me retire? Para no pelear. Entonces mi ego se enojó: ¿cómo es posible de que haya gente que no esté de acuerdo conmigo, o no me quiera? Pero es así y está muy bien, aunque a mi ego no le guste. Por otro lado, como niña encaprichada, me preguntaba a mi misma: ¿y por qué me tengo que ir? Este también es mi lugar. Pero no era así, y reflexionando comencé a recordar un concepto aprendido hace años: la relación costo-beneficio.

¿Para qué me quedaría en ese foro donde no soy bienvenida por muchos de sus integrantes? ¿Para qué me quedaría en un lugar donde no soy querida? Quizás solo para amargarme y sufrir, o para recibir agresiones gratuitas, o para que me identifiquen como “la autora de…” y no por mi nombre. No, no estaba dispuesta a pagar el costo de las agresiones por el beneficio de estar en un lugar que ni siquiera siento mío.

Por eso me quedo en los blogs, en mis grupos, en otros foros y con mi gente, con ustedes. Están buenas las peleas y a una guerrera como yo le encantan, pero cuando es por algo valedero y justificado. Y mi ego inflado no vale una batalla.

En los foros, blogs, grupos y todos los lados donde nos juntamos los seres humanos, más tarde o mas temprano, existen diferencias y eso es genial cuando existe también el respeto por la idea del otro. Pero hay veces que no es así y esas diferencias, esas ideas se van repitiendo de boca en boca, a veces con agregados, a veces incompletos, y muy rara vez se repite tal cual se oyó.

Pero quizás la opción más inteligente sería, antes de repetirlo, pasar lo que se oyó por “Las Tres Rejas” y luego decidir si ese comentario sigue su camino o si allí muere. Para evitar seguir inmersos en esa situación, quizás deberíamos utilizar las preguntas que nos regala el cuentito de “Las Tres Rejas”:

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:
-Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de tí con malevolencia...
-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo- ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?
-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
- No, en realidad no. Al contrario.
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad ¿Es necesario hacerme saber esto que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.


Así que, querido amigos, aquí seguimos con renovados bríos, teniendo la certeza de lo maravilloso que es el BDSM y que vale la pena estar aquí. Con el afecto y el respeto de siempre por todos ustedes,

anitaK[SW]

sábado, 1 de mayo de 2010

Tengo tres blogs, y en los tres publiqué lo mismo sobre la campaña para conservar el 8/8 como Día Internacional del Spanking. Pero en los datos que di cometí un error y es mi deber y responsabilidad aclararlo.

Fer Forever, el propietario del primer blog de Spanking en español, “Azotes y Nalgadas” fue el primero en proponer que, así como había un día para el BDSM, que también hubiese un día para el Spanking, y que sería bueno que tuviera números redondos. La verdadera historia es la que él puso en su blog y que yo no recordé con exactitud.

Escribe Fer en su blog, aclarando la verdadera historia:

"…En el primero de los artículos que aparecen más arriba, ahora hace casi cuatro años, escribíamos:
Autor: Fer

No sé si el spanking es parte del bdsm, como un pariente pobre o algo así, o bien si no tiene nada que ver con el bdsm. No lo sé, ni mis limitados conocimientos alcanzan para saberlo, por lo tanto no entro en la polémica. Para muchos amigos del bdsm es muy importante el 24 de julio ya que la cabalística de las cifras 24/7 o incluso en notación anglosajona 7/24 tiene que ver con la dominación/sumisión de siete días y veniticuatro horas. Esto ha llevado a crear el día internacional del bdsm.

Sin lugar a dudas es muy positivo que las diversas formas de vivir y gozar la sexualidad busquen sus señas de identidad y vayan designando días especiales y escribiendo su historia colectiva.

¿Habrá algún día del spanking? Tendría que ser con números muy redondos, que pareciesen nalgas...

Desde aquí damos la enhorabuena a todos los que lo celebran y a los que no, también.

Para más información podeis mirar la web del club Rosas5 en donde cada año se organiza una fiesta bdsm de 24 horas.

Comentario de Ana K. del 5 de agosto de 2006:

Propongo como día del spanking el 06/06 o el 08/08, es decir, el 6 de junio o el 8 de agosto... todos los días redonditos, sobre todo el 8 de agosto, que el 8 parece un culito de cos tado, verdad?? Queda la fecha propuesta, a ver quién está de acuerdo. Besitos Fer, y... de nada!! Ana K.

Respuesta de Fer ese mismo día:

El 08/08 es ideal, el 06/06 no está nada mal. Entonces el 08/08/08 será un gran día spanking... buena idea, podemos proponerlo.

Así fue. Ahora lo que toca es reforzar la idea.”

Esta es la verdadera versión, no la que yo di por olvidadiza e impulsiva. Lo que hice no fue por mala intención ni por llevarme todos los honores, sino como siempre por olvidadiza e impulsiva. De todas formas en este momento, lo único que me importa es que estoy reconociendo públicamente que cometí un error, y que Fer, demostrándome una vez más su caballerosidad de siempre y su hombría de bien, me disculpó, así como Sir Williams. Espero que ustedes también lo hagan.

Y como dijo Fer: “ahora lo que toca es reforzar la idea.” Gracias amigo por recordarme la verdadera historia y te pido disculpas una vez más.

miércoles, 21 de abril de 2010

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miércoles, 14 de abril de 2010



Mucho se habla de este tema, y más aún en estos días donde Ricky Martin ha “salido del armario” para aceptar y declarar públicamente su homosexualidad. Es difícil en la vida diaria salir a decir que se es de tal o cual forma sabiendo que la sociedad no admite esos actos, como en el caso del BDSM. Entonces ¿qué hacer? Lo que queda es meterse dentro de ese armario donde están las personas que comparten los mismos gustos.

Hay miles de armarios seguramente, pero en este caso interesa específicamente el del BDSM. Llevo apenas cinco años de haber descubierto que eso que a mí me gusta de toda mi vida es el BDSM, y más de cuatro años practicándolo. En este tiempo he notado con pena las grandes discriminaciones que se hacen con el nombre de BDSM, sobre todo en cuanto a las prácticas. No debería ser así pero… es así. La ventaja es que la gente que practica una u otra disciplina se siente amparada y protegida por sus compañeros. Los que practican varias disciplinas a la vez se identifican con el BDSM en general y no específicamente con la gente del Bondage, del Spanking, el cuero o los fetichistas por nombrar sólo algunas disciplinas.

Pero… ¿qué pasa cuando se discrimina –siempre hablando del BDSM- por algún problema físico o por una enfermedad que es notoria a simple vista? Duele. Duele porque hay que cargar con la enfermedad y enfrentar el mundo a diario, y en un sitio donde se habla de igualdad y tolerancia, donde la persona se mueve supuestamente entre sus pares, también se le discrimina. Por eso el título: se está dentro del armario del BDSM para el mundo exterior y ahora resulta que además, hay que esconderse dentro de otro por padecer una enfermedad que a algún integrante no le gusta o le resulta intolerable.

Aunque eso no es lo peor. Lo peor es que alguien diga que los que se refugian en el BDSM padeciendo esta enfermedad (que no es contagiosa y no afecta la capacidad intelectual) son débiles mentales. ¿Qué criterio está usando para hacer un juicio de valor tan grave? ¿Cómo saber cuáles son las intenciones de cada quien? ¿Esa persona está aquí para refugiarse del mundo exterior o para poder llevar adelante su enfermedad, o para fastidiarle la vida a los que tienen sus mismos gustos? ¿Quién podría juzgar a esa persona y sentenciarlo sin cometer injusticia? ¿Cómo se califica una opinión que intenta dañar y menospreciar la capacidad intelectual de alguien, una opinión ofensiva expresada impunemente, sin ningún tipo de base científica?

El intolerante puede decir que no tiene nada contra la persona ni contra la enfermedad, sino que no está de acuerdo que –según sus ojos- el enfermo se “refugie” dentro del BDSM. ¿Y con qué derecho le impediría la entrada si así fuera? El derecho de ese intolerante será no sesionar con esa persona, no negarle la participación en el BDSM.

Nadie puede obligar a nadie a sesionar con quien no desea o dejaría de ser BDSM. Para eso está el SSC y el RACK, para que lo que prime, entre otras cosas, sea el consenso. Pero no solo tenemos derechos, sino también obligaciones. Y si una persona tiene derecho a sesionar con quien quiere, también tiene la obligación de aceptar que si la otra persona cumple con las bases y reglas del BDSM, tiene el mismo derecho que el resto a estar en una escena y gozar con la o las persona/s que haya/n decidido acompañarla.

Cada uno de nosotros enfrenta los problemas no como quiere sino como puede. Y ¿con qué derecho viene alguien a decir que lo está enfrentando mal? ¿Con qué derecho alguien echa fuera a otro ser humano que, en el acierto o en el error, se refugia bajo el paraguas del BDSM sin dañar a nadie? La persona que comete algún desatino o daña a otro intencionalmente como tantas veces a pasado, ya se encarga la justicia de juzgarlo y la comunidad bedesemera de desterrarlo por sus acciones. Pero no por tener una enfermedad o por ver el BDSM como una tabla de salvación.

Amigos… ¿Cuántos armarios necesita una persona para esconderse de la intolerancia? A mí me alcanza y me pesa sólo con uno, y no voy a permitir que una vez dentro de él alguien pretenda esconderme dentro de otro.

Esta es mi opinión y mi punto de vista. No pretendo ofender a nadie ni entrar en controversias, pero sí defender mis derechos.

martes, 16 de marzo de 2010

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miércoles, 3 de marzo de 2010

Cuando mi Amo puso su mira sobre mí, me envió un play-list para conocer mis gustos y sobre todo, mis límites. A pesar de tenerle confianza, no lo conocía demasiado, así que ante la duda, a todo le decía que no, más que nada por temor y desconocimiento.
Recuerdo que eran límites “duros”, por ejemplo, los azotes en la espalda. Hoy me causa gracia porque creo que en mi imaginación los azotes se parecían a los de una película de piratas de los años 40 donde los marineros rebeldes eran atados a un poste y las heridas de los látigos no se curaban en toda la película.
Pero mi Señor tuvo la paciencia, la delicadeza y la inteligencia para ayudarme a traspasar esos límites “duros”. Me llevaba hasta el borde de la línea (que finalmente no era tan dura) y me dejaba deseosa de más, de que continuara, de que no se detuviera bajo ninguna circunstancia. “Lo siento. Seguiría, pero es tu límite”. Hasta que un día, hablando del playlist, yo le confesé que lo había hecho por temor, e hice uno nuevo. Mis límites habían pasado de 156 a 48. Sin palabras…

Hoy por hoy digo que “no tengo límites”, pero no es verdad, sí los tengo. Pero sucede que Sir Williams los tiene muy claros, sabe cuáles son realmente mis límites “duros”. Así que yo me entrego a Él por completo y simplemente obedezco sus requerimientos. Y cuando hay temor, es más el miedo a lo desconocido que a lo que me pueda suceder, porque sé que estando en sus manos estoy a salvo.

Y así es que este año, de su mano, he traspasado varios límites que ya dejaron de serlo. ¿Me permiten que los comparta con ustedes?
El día de nuestro segundo aniversario fue maravilloso. Mejor dicho: la noche. Parada ante una banqueta de cuero, mi Amo comenzó a sacar de un portafolio cual mago de una galera, los instrumentos de siempre más algún elemento nuevo en nuestras sesiones: papel film de cocina y cuchillos. No puedo decir que me asusté (mucho), pero sí llamaron profundamente mi atención estos elementos.

Uno de los cuchillos recorrió mi cuerpo. Aunque sabía que nada me iba a suceder, la adrenalina corría por mis venas vertiginosamente. Sentir el frío del metal, sobre todo en zonas sensibles como los pezones, fue muy excitante. Yo estaba sólo con las sandalias de tacón y la ropa interior. El cuchillo se introdujo por los breteles del sostén cortándolos sin piedad, para pasar luego a la separación de los senos y subir por allí, hasta posarse descaradamente en la unión del brassier y con un golpe seco y cortante, hacer que terminara en el suelo, despedazado… Las bragas no corrieron mejor suerte: la cadera sintió como el frío del cuchillo corría lentamente desde las nalgas hacia el monte de Venus. Iba y venía, corría o se detenía, se sentía frío o tibio por el contacto y el roce con la piel. El encaje no hizo resistencia ninguna al filo del cuchillo, y las piernas abiertas facilitaron la caída de las bragas que fueron a parar junto al sostén. ¡Mmmmmaravillosa experiencia!

Pero allí no terminarían las sorpresas. Ahora, desnuda, con las piernas cerradas y los brazos cayendo a los costados, fui envuelta de pies a cabeza con papel film o de cocina. Experiencia increíble la de estar totalmente inmovilizada, con los sentidos en su mínima expresión, sintiendo multiplicado cada sonido, mirando hacia dentro, hacia uno mismo, porque no hay nada más que mirar ni que sentir, excepto el dildo colocado oportunamente. Verano, calor insoportable, y la traspiración cayendo por el cuerpo… De pronto se abre un hueco a la altura del ano y todo el frescor imaginable da un respiro a tanta temperatura. Otro hueco igual, pero por delante, y en los pezones donde son aplicados los broches. La mano de mi Señor que me recorre, su voz que atraviesa el material y llega a mis oídos junto con el sonido del film. Las emociones se agolpan, un gran sentido de entrega llega a mí. “Soy suya mi Amo, sólo suya mi Señor”, grita mi mente en la oscuridad en la que estoy sumida. Entrega, sumisión, vulnerabilidad… y una experiencia para repetir, sin dudas.

Otra de mis experiencias nuevas fue el fistting vaginal. También para mí insumió una gran entrega, porque debe una distenderse por completo, abrirse y dejar hacer. Fue un enorme acto de sumisión para mí, y creo que los nervios me traicionaron un tantito, porque no logré disfrutarlo a pleno. Pero ya habrá más oportunidades, supongo.

En una de nuestras charlas nocturnas por el Messenger, mi Amo me había dicho una noche, hablando de las cosas que yo me animo o no a hacer, que nunca le había hecho un Streep-tease. Me reí y le contesté que yo no servía para eso, que no me animaba, que mi cuerpo, que mi altura, que no soy flexible, que… Pasó un tiempo y fuimos a visitar a un Amo amigo a su casa. En determinado momento sonó una música y mi Señor me miró fijo y me ordenó: “Quiero que nos hagas un Streep-tease”. Quedé dura. No me podía negar, no se me hubiese ocurrido, pero al mismo tiempo… no sabía qué hacer, cómo empezar, ni siquiera conocía la canción. Así que me puse de espaldas, cerré los ojos y… me dejé llevar por la música. Sí, sí, hasta hubo aplausos por parte de la “audiencia” y las felicitaciones de ambos. Si me preguntan les puedo decir con toda certeza que este fue el límite que más me costó traspasar. Lo hice por orden de mi Amo, pero no puedo negar que me sentí sumamente ridícula haciéndolo, pero también acepto que me hizo mucho bien el poder vencer mi propio límite, el de pensar que no soy capaz o que no sirvo para eso.

Fue un verano de experiencias nuevas, de muchísima entrega, de sumisión en toda la extensión de la palabra, de superar nuevos desafíos y atravesar barreras que muchas veces me impongo a mí misma. Quiero agradecer a mi Señor, Sir Williams, por llevarme de la mano por todos esos vericuetos de mi mente y ayudarme a superar mis peores límites: los que me impongo a mí misma.

martes, 23 de febrero de 2010

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domingo, 21 de febrero de 2010

No sé el resto de la gente, pero creo que yo estoy más preparada para defenderme de un ataque que para recibir un mimo. Y cuando alguien me “mima”, siento la necesidad de agradecer. Pero no con un “gracias” de los labios para afuera, sino que salga de adentro, desde lo más profundo.

Pero… me he dado cuenta que no soy buena para agradecer. Hace ya varios meses, exactamente fue en octubre del 2009, la querida bella del blog Spanking Venezuela, me hizo un hermoso regalo virtual para este blog. El premio al Blog de Oro.

Hace pocas semanas, el 19 de enero, fue el premio “Amante Literiario”, concedido por anubis{M} del blog “anubis{M}, reflexiones y experiencias”


La verdad es que la computación no es mi fuerte, y ni siquiera sabía cómo copiar los premios para exhibirlos aquí. Pero quiero que ambas sepan que mi agradecimiento es infinito, y que si no lo dije antes fue por ignorar cómo se hacía y no porque no agradeciera lo que me están dando tan generosamente.

Debo conceder estos premios a diez blogs más y elijo a los siguientes:

Alespankee
Jjade, seda negra de Gor
Imágenes Prohibidas - Vitabar
Lecturas no Recomendables - Vitabar
Dómina Your Obssesion
Gabrel y ona{JV}

La Torre Roja - Amo Tarha
sumisas sin fronteras
Amo Sum - Estelas en la Mar
Caballero Dominante

Los he elegido porque hace tiempo que los sigo y considero que hacen un excelente trabajo, cada uno en lo suyo. Porque aprendo de todos y disfruto de sus posts. Gracias por existir.

Y como dice mi amigo Fer: “Larga vida a sus blogs".

anitaK[SW]

sábado, 13 de febrero de 2010



14 de febrero. El mundo se vuelve color rosa con el bendito San Valentín. Por todos lados vemos cupidos rubicundos con sendas flechas apuntando a quién sabe dónde, las cajas de bombones solo tienen forma de corazón, las rosas son más rojas y los floristas lo saben, los peluches llevan un corazón con mensajes que aunque digan “te amo”, al recibirlos sentimos que no es para nosotros.

Miramos a nuestra pareja sin saber si abrazarlo para regalarle la consabida tarjeta, flores, caja de bombones, peluche... o salir corriendo desesperados en busca de algo que corte tanta miel.


Para acabar con todo ese empalagamiento, los bedesemeros no utilizamos ni limón, ni ácido, ni vinagre, sino... una sesión. Los que no pertenecen a este mundillo creen que las sesiones de los sadomasoquistas (así nos llaman la mayoría aunque no todos lo seamos) son oscuras, tétricas, frías, llenas de maldad, instrumentos de tortura y un Dominante esperando a su víctima para hacerla sufrir sin piedad.


Pero lo que no saben ellos es que generalmente y visto con nuestros ojos, las escenas que preparamos no siempre tienen ese tinte tétrico y macabro, sino que pueden ser muy románticas y entonces poder continuar con la miel ambiental.


¿Alguien quiere algo más romántico que el Dominante llegando a la escena y que se encuentre con su sumisa, vestida con sus mejores galas o... desnuda, esperándolo en posición karta? Luego, la habitación llena de velas que él utilizará más adelante. Los instrumentos preparados prolijamente junto a las cuerdas y al lado un bello paquete de regalo conteniendo ese obsequio que el sumiso compró pensando sólo en agradarle al Dominante. En otro lugar de la habitación, al lado del asiento del Señor, una hielera con la botella de su bebida favorita junto a la copa de cristal. La rosa la traerá el Dominante en la mano y se la entregará a su sumiso, o la posará en algún lugar mientras dure la sesión. Quizás el sumiso también haya pensado en la rosa y la podría dejar sobre el asiento o la mesa del Señor.


Ese día, esa tarde, esa noche, ambos estarán (o no) más dispuestos de lo usual. Quizás el Dominante decida que haya más dolor para luego poder tener más placer al descansar. Quizás ese día el sumiso se sienta propiedad de su Amo como nunca antes. Cuando el collar esté colocado y el Dominante tire de él, la obediencia será más grata, la entrega será más completa, la felicidad de ambos flotará en el ambiente como la música que los acompaña.


Pero si lo pensamos ¿es esta la escena de un día de San Valentín o es la escena común, preparada como en cualquier otra ocasión? A lo que me refiero, queridos amigos, es que al menos en el BDSM no necesitamos del bueno de San Valentín para tener romanticismo extra, o velas, o rosas, o sesión especial. Reconozcamos que en el fondo, los que practicamos el BDSM somos románticos todo el año, sin fijarnos en el calendario.


Saludos… y ¡FELIZ SESIÓN!

martes, 2 de febrero de 2010


El dos de febrero del 2008, amanecí como spankee y me dormí como sumisa con un collar de consideración en mi cuello y en mi haber.

Hoy han pasado dos años desde aquella noche maravillosa donde me vestí de gala para que el BDSM y la sumisión entraran en mi vida, entre luces de velas y sombras de misterio, con ansias de aprender y miedos recién descubiertos…

Fueron dos años difíciles aún dentro de la maravilla que es la sumisión. Dos años de dudas constantes, de aciertos y errores, de aprendizaje por medio de lecturas, conversaciones, preguntas hechas mil veces y respondidas otras mil, experiencias en vivo, fantasías convertidas en realidad.

¿Era yo una buena sumisa? ¿Sería Sir Williams el Amo indicado para mí? ¿Era yo capaz de someterme a un hombre, de entregarme cabalmente? ¿Valía la pena todo ese esfuerzo por aprender a ser su sumisa?

Los meses pasaban y yo no veía evolución en mí. Pero sí la veía mi Amo, y era él quien decidía quitarme el collar de consideración y ponerme el de entrenamiento, y luego… el definitivo. Entre medio se seguían planteando las dudas, los miedos, las tribulaciones.

Puedo decir que recién en el mes de octubre pasado, más precisamente en la fiesta de Aldea Sado, algo me hizo comprender que no quería otra cosa que ser su sumisa y poder servirlo como Él lo merece. ¿Qué me hizo asegurar mis sentimientos? No lo sé… Quizás fue su forma de mirarme, el orgullo que vi en sus ojos al lucirme, su sonrisa llena de cariño y complicidad.

Hoy somos más que Amo y sumisa, somos pareja con todo lo que ello implica.

De esta primera etapa de mi vida como sumisa, de estos dos años con altibajos, con emociones y decepciones, resumo que bien valieron las lágrimas de un principio, los momentos de soledad y las distancias.

Y para terminar quiero dejarles de regalo este poema de Francisco Luis Bernárdez, que refleja mi sentir en este día:

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,



Si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.


Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.


Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

martes, 26 de enero de 2010


En el imaginario popular del BDSM, todos tenemos un concepto más o menos similar de cómo debe de ser y comportarse la sumisa “ideal”. Dentro de estos conceptos donde se encuentra la entrega total, el respeto por el Dominante y otros más, está la obediencia.

Si vamos a la etimología de la palabra, obediencia viene del Latín ob audire = el que escucha. Para obedecer primero se debe escuchar, luego comprender para finalmente accionar.

Siguiendo los parámetros generales, veremos que el Dominante no busca un robot como sumiso, sino un ser pensante, con raciocinio y voluntad propia. Al menos para los primeros tiempos de relación, es bueno que piense las órdenes antes de ejecutarlas, y hasta que (después de cumplida) las cuestione cuando no comprende el por qué. Luego, basados en el conocimiento mutuo y la confianza, la entrega se irá haciendo más y más profunda y la desconfianza y la inseguridad irá dando paso a la entrega total.

¿Qué tan obediente debe de ser un sumiso? Pues la única forma de ser obediente es siéndolo. Así como no se puede estar embarazada a medias, tampoco se puede obedecer a medias. Se obedece o no. Y la obediencia es en el momento de la orden, no cuando al sumiso se le ocurra… Y este es mi tema de hoy: la prontitud en cumplir una orden, o sea, obedecer.

Hablando con otras sumisas he visto que dilatar el cumplimiento de una orden es más común de lo que imaginé. Claro que no todas lo admitiremos públicamente, porque todas queremos ser la “sumisa perfecta”, aunque tengamos fallas.

Voy a poner un ejemplo: cuando llevábamos unos pocos meses de relación con SW, recuerdo que una noche estábamos en la cama charlando. En cierto momento me dijo: “dame el cepillo”. Pensé que era broma y no lo obedecí. Me repitió 3 veces la orden hasta que finalmente entendí que hablaba en serio. La azotaína vino acompañada de la lección: siempre que me decía algo, siempre, era una orden, y jamás estaba jugando. Pero evidentemente que no me quedó suficientemente claro.

En este momento estamos pasando juntos unas vacaciones. Jamás habíamos compartido tanto tiempo uno con el otro, y jamás habíamos hablado horas y horas. Entre todos los temas que fueron surgiendo día a día, surgió el tema de la obediencia. Y mi Amo me señaló mi falta de obediencia, no porque no cumpliera sus órdenes, sino porque no lo hacía con la celeridad que debo.

Admito que me costó aceptarlo, no entenderlo. Puedo decir que se me hizo el “clic”, que me cayó la moneda, que “me di cuenta”. Y una vez que “comprendemos” algo, dejamos de ser ignorantes para siempre en ese punto.

El obedecer de inmediato, sin justificaciones, sin vueltas, sin reparos, es una forma de demostrar nuestra educación como sumisas, además de la confianza en el Amo y nuestra entrega. Y no significa para nada el hecho de no pensar. Difícilmente un Dominante desee tener un “ente” por sumiso, creo que todos prefieren un ser pensante. Pero un ser pensante que actúe sin demoras y obedezca sin reparos.

Quizás me equivoque, pero estoy convencida de que el Dominante desea que razonemos mientras llevamos a cabo la orden que nos ha dado. Por mi parte, pienso poner lo mejor de mí para que de aquí en más sus órdenes sean cumplidas de inmediato.

sábado, 16 de enero de 2010

Y cuando digo Dominante me refiero siempre tanto al hombre como a la mujer en cualquier rol: Spanker, Amo/a, Señor/a, Dueño/a… Y cuando digo sumisa me refiero a cualquiera de los roles y géneros: sumisa/o, spankee, esclava/o.

Se me ocurrió este tema porque el otro día fue el cumple de un Spanker amigo y me puse a pensar en su situación particular que es la misma que la de cientos o miles de personas de este mundo del BDSM: Él es casado y tiene una spankee que no tiene pareja ni otro compromiso sentimental. Cuando lo saludé me contó el conflicto que tenía con ella porque se siente muy sola, dado que no puede darle toda la atención que ella le reclama. Aunque mi amigo tiene un gran cariño por su spankee, no está dispuesto a dejar a su familia, pero a su vez tiene temor que ella lo deje por otro Spanker sin compromiso. Quizás sea un pensamiento egoísta, pero me confesó que es lo que siempre se le viene a la mente.

Este tipo de situación se da con bastante frecuencia en nuestro mundo BDSM, con todas las combinaciones posibles. Casi siempre, la situación sentimental de ambas partes se conoce desde un principio, y tiene muchas variantes. Claro que cuando la parte sumisa es la que está sola, se torna un tanto más difícil porque el Dominante puede tener todas las sumisas que desee, en cambio la parte sumisa debe tener un solo Dominante siempre.

Todos los días son de espera para la sumisa. Aguarda a su Dominante durante días, en los cuales quizás se comunican por medio de mails, chat, mensajes de texto, teléfono o señales de humo… hasta que llega el momento del encuentro.

La sumisa al estar sola, es probable que tenga más tiempo para su arreglo personal y espere al Dominante “de punto en blanco”, con todos los detalles que Él le haya pedido o que ella sepa que le gustan .

Ahora… ¿Qué sentimientos tendría esta sumisa? Podría desear que su Dominante se enamore de ella y deje a su familia; o podría pensar que se le está pasando la vida y no logra tener una pareja formal. Y entonces… ¿Cuántas veces pensará en dejar a su Dominante? ¿Ý si apareciera otro que como ella, no tuviera compromiso sentimental con nadie? Eso sería lo ideal: tener Dominante y pareja en uno solo.

Quizás las mujeres seamos más… sensibles y busquemos además de la relación de BDSM, una relación sentimental con el Dominante y así tener las dos cosas en una misma persona. Pero para eso se necesita que no tenga compromiso, a diferencia de quien busca sólo un Dominante sin importar su estado civil.

En una relación de Dominante comprometido con sumisa solitaria -sobre todo si la sumisa es mayor de 35 años-, puede suceder que ella se sienta sola, veterana (aunque no lo sea), con deseos de formar una pareja formal y hasta tener hijos, ¿por qué no?

En las parejas, círculos y relaciones de cualquier tipo, hay reglas y protocolos. En todos lados existen “lobos” y “caperucitas”. Pero… ¿saben qué me parece? Que ningún Dominante es TAN “lobo”, ni ninguna sumisa es TAN “caperucita”. Es decir: ni uno tan malo ni la otra tan buena e inocente.

Si la sumisa busca otro Dominante, posiblemente –por no decir “seguramente”- sea porque el que tiene en este momento no la colme, ya sea como sumisa, como ser humano o como mujer.

Pero también están los "lobos" o “predadores" como dice mi amigo Vitabar. El Dominante siempre está al acecho, a la caza. Es cazador natural y le lleva una ventaja a la sumisa: él puede cazar cuantas presas desee. Habrá veces que regresará a su “cueva” con las manos vacías; otras veces con un botín, pero eso pasará siempre y cuando las “presas” estén de acuerdo.

El Dominante buscará sumisas y seguramente las encontrará. Pero a veces esas sumisas ya habrán sido cazadas por otros y tendrán su marca o collar. Pero... ¿Qué sucede si la sumisa no está conforme con el collar que lleva? ¿Qué sucede si la "caperucita" se deja seducir por el "lobo"? Entonces, queridos amigos, quizás ya no desee pertenecer a este Dominante y quiera irse con aquel que le ofrece (y no significa que le dé) lo que ella desea y cree necesitar.

¿Qué se debe hacer en esos casos? Pues como todos sabemos y marca nuestro protocolo, lo correcto es que esta sumisa vaya ante su Dueño y le devuelva su collar ANTES de tener ninguna relación con otro Dominante. Eso es lo correcto por parte de la sumisa. Aunque todos sabemos que a veces los sentimientos se confunden y podemos cometer errores. Pero si estamos aquí es porque somos mayores estamos capacitados para tomar decisiones –erradas o acertadas- y tenemos la responsabilidad de afrontar las consecuencias.

En caso del Dominante, JAMÁS debería acercarse o siquiera insinuarle nada a esa sumisa que lleva collar o que se sabe pertenece a otro "colega". Pero la tentación es muy grande por el motivo que dice mi amigo Vitabar: el Dominante es un predador, por lo que se le hace muy difícil dejar marchar una presa, porque son escasas y valiosas... Claro que eso no justifica su proceder ni que falte al protocolo.

El BDSM para algunos es una forma de vida, para otros (entre los que me incluyo) es un juego, pero un juego serio y con reglas rígidas, que como todas las reglas, se pueden romper. El romper una regla no es tan importante como el aceptar la responsabilidad de que se rompió y asumir las consecuencias.

Quizás el protocolo y las reglas sean algunas de las cosas más bellas del BDSM, lo que hace tan especial al juego en sí y a sus integrantes. No juzguemos a los demás, cada uno sabrá por qué hace lo que hace, pero sí tengamos claro qué es lo que está bien y qué está mal para asumir responsablemente nuestros actos.

Y seamos siempre felices al lado de la persona que decidimos tener como compañera de juego y/o de vida, respetándola y respetándonos a nosotros haciendo lo que corresponde siempre.


Nota: las fotos pertenecen a la web www.piejam.net.ru

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