
Hace más de un mes que firmamos el contrato de sumisión. No quiero aburrirlos volviendo a contar que buscando hacer el contrato “perfecto” cometí una tontería que como siempre, la reconozco después de hecha. Fueron horas perdidas, eso sin contar el aburrimiento de los dos amigos que actuaron de testigos aquella noche, escuchando con infinita paciencia el interminable contrato....