sábado, 26 de abril de 2008

Con mi decisión de entrar al mundo del BDSM y de la sumisión tomé de sorpresa a varios de mis amigos spankos. Algunos me dijeron que no entendían mi cambio, preguntaban qué me había pasado, que cómo iba a meterme en “eso”, que el BDSM era una escalera que siempre bajaba, que no había marcha atrás y muchas cosas más.

Confieso que por más de un momento me sentí atacada por el nuevo rumbo que había tomado en mi vida. La mayoría no entendió mi postura, alguno me hizo a un lado, otros entendían que era mi decisión pero no aceptaban que lo hiciera, unos pocos me felicitaron y hasta hubo un buen y querido amigo de ambos que se rió porque dice que somos “el día y la noche”.

El convertirme en sumisa de Sir Williams trajo a mi vida muchos cambios y no todos fueron buenos o agradables. Más de una vez me pregunté si valía la pena el esfuerzo y las situaciones por las que tenía que pasar, y la respuesta siempre fue: ¡sí, vale la pena!

Lo que no termino de comprender es el temor que tienenl los spankos con respecto al BDSM en general. O sí lo comprendo, porque yo lo veía igual. Pero todo ese temor es debido a la desinformación, es miedo a lo desconocido. Admito que yo también veía este mundo como un tenebroso castillo lleno de dolor, sufrimiento, tortura, oscuridad y maldad. Ahora que estoy dentro de él lo veo de otra forma, lo veo como realmente es. ¿Cómo es? Como mi Amo y yo queremos que sea, y como cada pareja decide construírlo.

Esta introducción es porque en un grupo de Spanking (nalgadas y azotes) un miembro (reservo su nombre porque no tengo su permiso para utilizarlo) me hizo una pregunta que me conmovió y me hizo rever y pensar en los motivos que me llevan a ser sumisa. Y quiero compartirlos con ustedes, con los lectores y amigos de este blog. Gracias por su paciencia para leerme…


Querida Ana:

Respeto enormemente tu decisión de recorrer un nuevo camino en tus experiencias, pero no comprendo cuál es el motivo en el interior de tu espíritu y alma para desear un estado de sumisión y esclavitud.. . con todo lo que ello conlleva. Atte: miembro de nalgadas y azotes


Estimado amigo,

No sé si voy a poder contestar de una forma clara, pero haré el intento. La pregunta es difícil porque hay muchas emociones y sentimientos que no siempre son fáciles de explicar.

Creo que en este mundo del BDSM como también en otras áreas, nuestra visión será de acuerdo a la experiencia que obtengamos, y que la experiencia sea buena o mala también depende de la compañía que escojamos para recorrer el camino, sea el que sea.

Sólo puedo hablar de mi caso, de mi experiencia y de mi Amo. Adoro ser spankee, pero he descubierto que el ser sumisa me llena más. Cuando estoy con mi Amo, me siento una mujer completa, feliz. Pero no quiero decir con esto que antes de estar con Sir Williams no lo fuera, sino que esta relación me complementa. Es como la mano: está completa, tiene su palma, los cinco dedos, todos los movimientos, toma y suelta cosas… pero junto a la otra mano puede llegar a hacer cosas que sola no podría. ¿Me explico? Como dice Mario Benedetti: "...por la calle y codo a codo, somos mucho más que dos".

En el interior de mi alma y de mi espíritu deseo la sumisión porque con ella llego a estados de éxtasis que no he llegado jamás con el spanking. Podrías preguntarme qué es lo que me lleva a ese estado, y yo te respondería que no es una sola cosa, sino la conjunción de varias. No es el dolor, porque no siento más dolor que el que podría sentir con una azotaína, pero es la forma en que el Amo consigue un ambiente determinado, sus palabras, sus gestos, el ejercicio del poder, la seducción de lo desconocido, la sorpresa de lo inesperado. Y unido a todo eso viene la confianza y el abandono de mi persona en él, la entrega mutua porque el Amo también se entrega a su sumisa y a lo que está haciendo.

Así como en una sesión de spanking, aquí también hay acuerdos previos. Quizás estos acuerdos sean más amplios y extensos porque también lo son las disciplinas por las que se camina. Pero en libertad, siempre basado en que sea SSC (sano, sensato, consensuado), con respeto mutuo, pensando en el placer del otro y no sólo en el propio. ¿Por qué? Porque yo también siento placer cuando sé que el otro goza con esta o aquella situación que le estoy proporcionando.

Muy dentro de mí, deseo y gozo la sumisión como un estado de libertad. Hago lo que mi Amo me indica porque así decidí hacerlo, porque nos hace felices a ambos, teniendo presente que nadie me obliga a nada. En lo más profundo de mi ser sé que nada malo me sucederá porque mi Amo me está protegiendo, cuidando y amando como la joyita que soy para él. Yo me entrego a él con amor, confianza y responsabilidad. Porque yo también soy responsable de mi propia seguridad, y debo dejarle saber siempre cómo me siento tanto física como emocionalmente.

Así que, querido amigo, deseo la sumisión porque mi Amo logra conducirme a un estado especial, logra envolverme en una nebulosa donde no existen las dimensiones, donde no hay tiempo ni espacio, solo sensaciones y emociones, como verás, bastante difíciles de explicar.

Con todo afecto y esperando haber contestado tu pregunta,

anitaK[SW]

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