Una carta de mi sumisa que me sorprendió, conmovió y me movió la estantería. No corresponde que la reproduzca aquí, ni siquiera que la comente, pues pertenece a mi intimidad, a nuestra intimidad.
Sin embargo, me llevó a reflexionar sobre muchos aspectos de mi vida cotidiana y de mi vida bedesemera. Entonces me pregunto: ¿por qué yo? ¿Por qué tuve y tengo el raro privilegio de encontrarme en posición de dejar huella en algunas personas, o ser motivo u objeto de reflexión? No lo sé, escapa a mi comprensión.
Dice la carta en uno de sus párrafos: “Yo tengo el privilegio de conocer a Sir Williams como nadie lo ha conocido. Porque tus otras sumisas y spankees tuvieron a un Sir Williams diferente al de hoy. Yo tengo a mi lado al más experimentado, al más reflexivo, al más talentoso de todos, porque yo tengo al que tiene más edad y más experiencia acumulada y vivida. Soy la más afortunada y privilegiada de todas las spankees, sumisas y esclavas que pasaron por tu vida.”
Exagera. Quizás me vea con sus ojos de sumisa, quizás vea cosas que yo no veo. Dicen que cada persona es lo que es + lo que cree que es + lo que los demás creen que es + lo que es en realidad, es decir una sumatoria de puntos de vista.
Mi vida bedesemera fue un privilegio constante pues he sido muy afortunado, en parte por decisión propia: siempre elegí no perder el tren, jugarme por lo que me apasiona, vivir mis fantasías, y cuando digo vivir ... es vivirlas intensamente. También en parte por pura suerte.
Entre esos privilegios tuve la fortuna de conocer y relacionarme, apreciar y ser apreciado, por gente maravillosa: LA spankee gaviota, la Spanker Lady, el legendario Fer, el genial Vitabar, el Maestro Avanlys, y muchos otros. De cada uno de ellos aprendí y sigo aprendiendo. Y por supuesto aprendo de mi sumi, todos los días.
La vida me regala momentos inesperados, de los buenos como este … y de los otros.
Una carta puede pasar sin pena ni gloria … o puede tener un significado trascendente. ¡Gracias, mi sumi!
Sin embargo, me llevó a reflexionar sobre muchos aspectos de mi vida cotidiana y de mi vida bedesemera. Entonces me pregunto: ¿por qué yo? ¿Por qué tuve y tengo el raro privilegio de encontrarme en posición de dejar huella en algunas personas, o ser motivo u objeto de reflexión? No lo sé, escapa a mi comprensión.
Dice la carta en uno de sus párrafos: “Yo tengo el privilegio de conocer a Sir Williams como nadie lo ha conocido. Porque tus otras sumisas y spankees tuvieron a un Sir Williams diferente al de hoy. Yo tengo a mi lado al más experimentado, al más reflexivo, al más talentoso de todos, porque yo tengo al que tiene más edad y más experiencia acumulada y vivida. Soy la más afortunada y privilegiada de todas las spankees, sumisas y esclavas que pasaron por tu vida.”
Exagera. Quizás me vea con sus ojos de sumisa, quizás vea cosas que yo no veo. Dicen que cada persona es lo que es + lo que cree que es + lo que los demás creen que es + lo que es en realidad, es decir una sumatoria de puntos de vista.
Mi vida bedesemera fue un privilegio constante pues he sido muy afortunado, en parte por decisión propia: siempre elegí no perder el tren, jugarme por lo que me apasiona, vivir mis fantasías, y cuando digo vivir ... es vivirlas intensamente. También en parte por pura suerte.
Entre esos privilegios tuve la fortuna de conocer y relacionarme, apreciar y ser apreciado, por gente maravillosa: LA spankee gaviota, la Spanker Lady, el legendario Fer, el genial Vitabar, el Maestro Avanlys, y muchos otros. De cada uno de ellos aprendí y sigo aprendiendo. Y por supuesto aprendo de mi sumi, todos los días.
La vida me regala momentos inesperados, de los buenos como este … y de los otros.
Una carta puede pasar sin pena ni gloria … o puede tener un significado trascendente. ¡Gracias, mi sumi!