miércoles, 9 de mayo de 2012

Muchos de nosotros llegamos al BDSM luego de pasar un tiempo buscando y sin saber cómo entrar, sobre todo los que tenemos más de cuarenta. Sabíamos qué queríamos, sabíamos qué buscábamos aún antes que se hiciera popular Internet, chats, grupos, foros, blogs y redes sociales.
Algunos tenemos claro nuestro rol desde niños, lo confirmamos en la adolescencia o de mayores. Otros llegan aquí sabiendo que esto es lo que les gusta, lo que buscan, se identifican con lo que ven, pero terminan preguntándose “¿cuál será mi lugar?”.

Puede pasar que a esta gente indecisa no los ayude la edad porque todavía están estudiando, o quizás viendo qué van estudiar. La adolescencia y la juventud es un período donde tomamos decisiones que quizás nos pesen el resto de la vida; hay decisiones que parecen las adecuadas para el momento, pero con el tiempo nos damos cuenta que no fueron las más acertadas; hay unas decisiones que resultan erróneas y otras no. Entonces… ¿qué hacer?

Creo que deberíamos seguir la táctica de los científicos en sus laboratorios: ensayo y error. Prueban, experimentan, se equivocan, vuelven a empezar… hasta dar con la fórmula que buscan. Para eso no es necesario tener experiencias reales; lo que me parece básico e imprescindible es … la información.

Necesitamos informarnos y aprender. Nadie sabe todo, menos aún la gente nueva, la indecisa, la que está buscando su camino; esa es la que más debiera ocuparse por saber. ¿Por qué? Porque si decide ser Dominante debería tener conocimiento de su rol, debería saber la responsabilidad que conlleva, debería conocer cosas básicas como dónde azotar, qué tipo de vela usar, o cómo contener al dominado. Y si es sumiso debería tener información para, antes que nada, asumir la responsabilidad de cuidarse a sí mismo, porque si tiene pasta de sumiso, el Amo se encargará de educarlo en la sumisión para convertirlo en lo que Él desea.

Así que confrontando las actitudes que se esperan para un Dominante (ya sea Amo, Señor, Dueño, Spanker), para un sumiso (o esclavo) y para un spankee, será más fácil identificarse con el rol que nos identifique, con el que nos sintamos cómodos.

Hay Amos que piensan que ser Spanker es azotar a la spankee, y no es así. En el Spanking clásico son muy importantes el juego de roles, la actitud de cada rol, el vestuario, el juego anterior a la azotaina y también el posterior. Y una esclava está en las antípodas de una spankee, y la sumisa tampoco se parece a la spankee. Las dos primeras solo buscan agradar al Dominante, y la spankee busca hacerlo enojar, desobedecerlo y mostrarle su rebeldía, algo que la sumisa o la esclava jamás haría.

 Hay mucha gente, sobre todo en Facebook, que sabe que le gusta el BDSM pero desconoce su rol, y está muy perdido. Creo que antes de buscar un compañero de juego debería saber, debería tener claro quién es, qué es y cuál es su rol. No para encasillarse, sino para disfrutar con la seguridad de que está haciendo lo que le gusta en el rol acertado y en el lugar que le corresponde.

Por supuesto que este es mi punto de vista, y me encantaría que me dijeran su opinión.

Saludos para todos. Estoy feliz de regresar a escribir en este blog.

anitaK[SW]

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