Aquí estamos de regreso de unas maravillosas vacaciones. Al final, no nos fuimos en octubre sino en noviembre. Y recién ahora nos estamos reintegrando.
Fueron días tranquilidad donde tuvimos eso que tantas veces nos falta en la agitada vida diaria: tiempo.
Hubo tiempo para distenderse, pasear, caminar, compartir y hasta sesionar al aire libre y en la intimidad de la cabaña.
Hubo tiempo para conocernos más y para indagar con sana curiosidad sobre la vida del otro.
Hubo tiempo para que el hombre conociera a la mujer y el Amo conociera a la sumisa.
Hubo tiempo para que la mujer apreciara y descubriera cosas que no sabía sobre el hombre, y para que la sumisa siguiera aprendiendo de su Amo.
Hubo tiempo para escuchar música, ver películas, compartir gustos comunes y acompañar al otro en tareas que interesan a sólo una de las partes, pero el otro está ahí aunque sea para sentir su presencia.
Hubo tiempo para descubrimientos, aventuras, y aprendizajes…
Pero el tiempo de vacaciones se acabó y aquí estamos nuevamente, para continuar el camino con fuerzas renovadas.
Quiero agradecerle a Willy, mi pareja, estos estupendos días a su lado. Y a mi Amo, Sir Williams, la oportunidad de seguir enriqueciéndome como su sumisa.
¡Que se repita!