
Estoy convencida que las palabras son poderosas, que la repetición puede dar como resultado un “lavado de cerebro” y la persona terminar convencida de que es como le están diciendo y repitiendo que es. El resultado puede ser maravilloso o totalmente nefasto, depende de lo que se diga y a quién vaya dirigida la frase o la palabra. En mi viaje de regreso de Buenos Aires,...