Los
celos existen dentro y fuera del BDSM.
Los que
estudian el tema coinciden en decir que es una respuesta emocional ante la
amenaza de perder algo que se considera como propio. Se podría decir que es la
sospecha, inquietud o miedo ante la posibilidad de que el ser amado le preste
atención a un tercero. Esos serían los celos dentro de un vínculo de pareja,
pero también existen celos a nivel familiar, laboral, de amistad, etc.
A veces
se puede enredar los celos con la envidia. Para no confundir estas emociones,
aquí está la definición de la RAE:
envidia.
celo.
3. m. Recelo que alguien siente de que cualquier afecto o bien que
disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otro. U. m. en pl.
4. m. pl. Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o
mude su cariño, poniéndolo en otra.
He aquí
la diferencia. Mientras la envidia desea lo que otro tiene y ella no, los celos
temen perder lo conseguido en manos de otra persona.
El ser
humano es celoso por naturaleza. Se podría decir que no es una emoción negativa
siempre y cuando no se convierta en patología. ¿Y quién podría determinar cuándo
es o no una patología? Solo un profesional entendido. No obstante, hay síntomas
que cada uno podría percibir si es sincero consigo.
Cuando
una persona siente la amenaza de perder la relación que tanto le importa, los
celos aparecen de inmediato independientemente de la posición social, económica,
familiar o genérica. Las personas inseguras o con baja autoestima son las más
propensas a sentir celos, pero también aparecen en personas seguras de sí
mismas.
A
veces, cuando alguien se descubre celoso, suele verse egoísta y avergonzarse de
tal emoción. Aunque hay casos en que los celos buscan la equidad de la pareja,
la realidad refleja profundas carencias personales.
Llevando
esto a un ejemplo que podría ser real, imaginemos una relación entre un Top y
un bottom. Si la relación se mantiene únicamente dentro del ámbito BDSM
respetando los límites hablados antes de comenzar la relación, no debería haber
problema. Si ambas partes se guían por el Protocolo BDSM, el trato será mucho
más llevadero y entendible para las partes. Citemos algunos ejemplos:
1)
Si el bottom fuese pertenencia de un Top,
cualquiera que desee dirigirse al bottom debería, según el protocolo, solicitar
antes permiso a su Dueño. Es una pena que sean contadas las personas que viven
de acuerdo a estos códigos. A veces podría ser por rebeldía y otras por falta
de conocimiento, o por orgullo al no aceptar que desconocen el Protocolo.
2)
Si el Top desea conectarse con un bottom libre,
sin collar, y decide tener más de un bottom, debería advertírselo a esa persona
con la que piensa que podría llegar a tener una relación. Eso podría evitar o
al menos disminuir los malos entendidos y, por supuesto, los celos entre
bottoms.
Estos
son solo dos ejemplos. Pero tal vez el problema principal se presente cuando
la
relación traspasa las fronteras del BDSM, cuando Top y bottom se convierten en
una pareja común. Es imposible pedirle al resto del mundo que “respete” la
posesión, porque en el mundo vainilla (permítanme
usar esta palabra) no existen los sumisos ni los esclavos y nadie es dueño ni
posee a nadie. Se consideraría ridículo pedirle permiso a alguien para hablar
con su pareja, por ejemplo.
Hasta
aquí hablamos de los celos naturales del ser humano, pero ¿qué pasa cuando
sentimos esos celos enfermizos, agobiantes e irracionales que hacen a una
persona estar llamando de forma continua a su pareja, prohibiéndole que se
relacione con unos u otros, o exigiendo determinado aspecto para no llamar la
atención?
Imaginemos
una relación 24/7. ¿Qué sentirán ambas partes una vez que la relación se pone
en práctica y tiene que pedir o dar permiso para todo? Desde levantarse,
ponerse de pie, caminar, ir al baño, cocinar…
Las
personas que practican una relación D/s, saben que a veces el Dominante se come
al ser humano. ¿Dónde está el límite entre el Dominante y la pareja común? Creo
que está donde diga el bottom. Habría que preguntarse si se siente acosado,
ahogado con la relación y que no soporta estar las veinticuatro horas pendiente
de la otra persona (tanto si es Dom como si es sumiso). Ambas partes deberían
estudiar sus actitudes antes sí mismo primero y luego junto al otro rol, como
pareja BDSM y como pareja común también.
Los
celos, cuando son patológicos, pueden derivar en actitudes peligrosas hasta
llegar al acoso, el secuestro y la violencia doméstica.
Es
responsabilidad del Top cuidar que su bottom no se sienta mal, y es
responsabilidad del bottom no permanecer al lado de un Top abusivo. Lo más
probable es que se pueda conversar y llegar a un arreglo para que la relación
sea lo más saludable posible para ambas partes.
Hace
unos años escribí sobre este tema. Creo que los celos no patológicos se
solucionan con una autoestima alta de ambas partes.
Mi
pensamiento con respecto a los celos es el siguiente:
Yo
ocupo un lugar en el corazón de la otra persona. Es un lugar que yo me he
ganado con mis actitudes y mi afecto, por lo tanto ese lugar me pertenece y
NADIE fuera de mi mismo o del dueño de ese corazón, me puede sacar de allí.
En ese
corazón va a haber otros lugares, mejores y peores que el mío. ¿Quiero estar en
un lugar mejor? Deberé buscar la estrategia para ocupar ese otro espacio que me
gusta y conservarlo. ¿Qué pasaría si el dueño del corazón me saca de mi lugar?
Pues, reconocer que lo perdí e irme con la mayor dignidad posible. Porque sé lo
que valgo, tengo la autoestima alta y reconozco que por mucho que me guste, esa
persona no es para mí.
2 ENSEÑANZAS:
Ahí está la clave: saber que ocupas un lugar en el corazón de la persona, un lugar que es tuyo y que solo depende de ti mantener, cuidar y hacer crecer. De nadie más. Así es como uno evita caer en celos patológicos y obsesivos.
Otro blog que añadir a sitios que sigo desde el mío. Muy bueno, gracias por compartirlo.
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