Esta historia, contada por el Señor Caronte Leeialo, es real
y agradezco que me permita compartirla con ustedes.
Dentro del mundo hispano, quizás sea España quien a logrado –a
mi entender- más cantidad de expertos en el mundo del BDSM y supongo que eso se
deba a la forma de encarar este estilo de vida, con respeto y responsabilidad. No
digo que todos los que participan sean perfectos o que no haya, como en
cualquier lugar, los que se crean o que le quieran hacer creer al resto que
saben todo con respecto al tema, sino que hay quienes quizás sin proponérselo,
se convierten en Maestros con lecciones tan simples como inolvidables.
El Señor Caronte vivió durante un tiempo en Galicia, y cuando
llegó el momento de volver al Uruguay, uno de los Amos que se había convertido
en su amigo y en uno de sus Maestros, le propuso un desafío: teniendo en cuenta
que era un entretenimiento que apasionaba a ambos, cada uno debía regalarle al
otro un rompecabezas para ver cuál de los dos lo armaba primero. La consigna
era que no debía pasar las mil piezas y que tomando en cuenta la familia, los
tiempos y demás, el alumno propuso un tiempo límite de cinco días. El Maestro
sonrió y le dijo: “¡Hostia! ¿Tantos días? Jajajajaa… Yo sé que tú lo lograrás,
pero te tomará algo más de tiempo”. El discípulo miró la caja de su puzzle y
pensó que las mil piezas que conformaban el paisaje de montañas no era tan
difícil, y que el anciano Maestro, quizás por su edad y a pesar de tener más
tiempo libre, estaba alargando el plazo para poder lograrlo.
Una vez en el Uruguay, el discípulo dejó pasar un par de días
y entonces recibe un mail del Maestro, mostrándole su rompecabezas terminado y
preguntando si ya había armado el suyo. La respuesta del discípulo fue: “Recién
lo comencé y ya casi lo termino. No era tan difícil”. No pasaron ni cinco
minutos cuando recibe un segundo mail del Maestro, con una respuesta
inesperada: “Jajajaja… Ni siquiera lo has empezado.”
Sorprendido, el discípulo va a buscar la caja, la abre y
vuelca sobre la mesa el contenido. Su rompecabezas era totalmente BLANCO y
todas las piezas estaban revueltas.
Al día siguiente recibe otro mail del Maestro: “Ya sé. Lo
abriste ¿verdad? Pues bien, quiero que sepas que así es el BDSM para mí, un
gran rompecabezas en blanco, donde no existe ninguna referencia verdadera más
que tu intuición. Comenzarás de afuera hacia adentro, por los bordes, buscando,
probando, experimentando y equivocándote una y otra vez hasta encontrar la
pieza correcta, el encastre acertado, para ir acercándote al centro cada vez más.
Avísame cuando lo termines”. Eran los inicios del alumno como Dominante y se
preguntaba qué habría querido decirle su Maestro con todo aquello.
Esperó un año hasta tomar su primera licencia de veinte días,
prometiéndose que le dedicaría al puzle un día entero, pues estaba en falta con
el Maestro. Pero no le tomó uno, sino casi su licencia completa. Cuando estaba
casi terminado, comprobó que le faltaba una pieza, justo la del centro.
Sentado delante de la computadora, le envía un mail al Maestro
confesándole que no pudo terminar el rompecabezas porque justo le faltaba la
pieza del centro.
La respuesta del Maestro no se hizo esperar: “Así como
armaste este rompecabezas, así debes armar tu camino en el BDSM, como un enorme
rompecabezas en blanco. Y recuerda que cuando creas que ya lo tienes armado y
estés cerca de terminar, siempre te faltará una pieza y jamás lo podrás
completar”.
Porque en este amplio, diverso y maravilloso mundo del BDSM,
siempre hay algo más para aprender, para experimentar, para descubrir. Por eso,
queridos amigos, les deseo que jamás encuentren la última pieza de su puzzle
bedesemero.
2 ENSEÑANZAS:
Me encantan los relatos con enseñanzas y disfrute mucho leer este.
Mis saludos!!
Me ha encantado y es toda una lección
María de Romano
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