
Me
lo entregó en la primera escena, junto con el collar de consideración. Y así
como la cinta penetraba los agujeros del corsé, su esencia de Dominante
penetraba en mi vida. Y avanzaba. Un agujero y cruzar al siguiente. Un día,
cruzar al otro. Una escena, y cruzar un nuevo límite. Ajustaba la cinta.
Apretaba un poco más. Me llevaba al borde del abismo para enfrentarme...