
Cuando mi Amo puso su mira sobre mí, me envió un play-list para conocer mis gustos y sobre todo, mis límites. A pesar de tenerle confianza, no lo conocía demasiado, así que ante la duda, a todo le decía que no, más que nada por temor y desconocimiento. Recuerdo que eran límites “duros”, por ejemplo, los azotes en la espalda. Hoy me causa gracia porque creo que en mi imaginación...